En 10 minutos de un 2do. tiempo contundente, los Citizens liquidaron el encuentro.
El conjunto de Manchester comenzó el torneo con una victoria por primera vez en su historia.
Regresó por fin la UEFA Champions League, y el Viktoria Plzeň checo recibió al Manchester City de Manuel Pellegrini. Con la novedad de Edin Dzeko en el once inicial, y dejando a Jesús Navas como dueño y señor de la banda derecha, el chileno planteó el partido de forma que los mediocentros Fernandinho y Yaya Touré anduvieran libres y con posibilidad de llegar al área local con libertad.
Pasaban los minutos de la primera parte, y pese al gran dominio inglés y varias ocasiones falladas, los Blues (esta vez de blanco, estrenando su nueva 3era. equipación) no conseguían perforar la portería de Matúš Kozáčik. Sergio Agüero fue el que más se acercó, rematando al travesaño un balón que tenía todas las señas de ser el que abriría el marcador en el minuto 26. Los de Pellegrini seguían acosando a los checos sin conseguir fruto alguno.
Pero no tardó apenas 3 minutos del segundo tiempo en moverse el marcador. Un balón despejado fue bien peleado por el 'Kun', que a pesar de los intentos de la defensa por quitarle el balón y posteriormente derribarle directamente, aguantó como un guerrero, continuó con el esférico y lo cedió al bosnio Dzeko, quien le acompañaba en la carrera, y que sólo tuvo que definir suavemente por un costado del guardameta para marcar el primero de la noche.
El 2do. tanto no se haría esperar. Pocos minutos después, y animados por la tranquilidad que les daba la ventaja, el marfileño Yaya Touré, en una de sus legendarias llegadas disparó un misil que se incrustó en el ángulo e hizo la estirada de Kozáčik totalmente inútil. Un verdadero golazo. La lógica se cobraba su tanto y el Manchester City ponía goles a su ya abrumadora posesión de balón.
El cuadro local no podía soportar ya el torrente ofensivo del City, y Agüero tuvo su premio a un gran desempeño. Gol con marca del argentino en el área chica. Un disparo cruzado al que no llegó el portero, y los pocos aficionados ingleses que se hicieron presentes en el estadio celebraban el sello de la victoria, que lanzaba a los de Manchester hacia su primera victoria en la Champions League, dispuestos a sentenciar el grupo en la primera fecha y disputarse el primer puesto con el Bayern Munich, su próximo rival.
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