domingo, 20 de julio de 2014

Mi visita al Etihad Stadium


Lunes 14 de julio del 2014. Mañana soleada en Londres. Mi tren partió de la Estación de Euston a las 9:40, con destino a Manchester. A mi llegada, a eso de las 12:00 de la tarde, mi amigo Rafael Alcaraz (mexicano que actualmente y desde hace 4 años se encuentra en la ciudad estudiando su Doctorado, y por supuesto, fan del City) me estaba esperando en la terminal. Yo a él lo conocí poco después de que abrí esta comunidad, pero fue hasta ese momento cuando tuve la dicha de verlo en persona por vez primera. Nos saludamos efusivamente; él portaba una playera del equipo con el dorsal de Zabaleta y yo traía la mítica del '99 con el apellido Dickov en la espalda.

A pesar de que nuestro encuentro fue un tanto fugaz (lunes, inicio de semana...la gente trabaja), me introdujo a la ciudad y me explicó a grandes rasgos cómo moverme y cómo ir al estadio. Cito sus palabras más o menos así: "Manchester es una ciudad industrial muy pequeña y plana, tiene 500,000 habitantes y todo está cerca. Es muy fácil trasladarse a cualquier punto". Lo anterior lo pude comprobar durante mi estancia. Tan es así, que en Manchester los únicos medios de transporte público son los autobuses y el tranvía; no hay metro. Irónicamente, mi amigo vive más cerca de Old Trafford que de nuestro estadio. Cuando pierde el United de local él sale a su balcón y desde allí disfruta ver pasar a los fans enojados o cabizbajos. Después de nuestra charla nos despedimos y emprendí el rumbo a mi siguiente parada: el Etihad Stadium.


Manchester Piccadilly es el nombre de la principal estación ferroviaria de la ciudad. Está muy cerca de Piccadilly Gardens, la plaza más importante de Manchester, ubicada en el Centro. Para mi fortuna, a mi llegada, y contrario a Londres, había un clima nublado y con amenaza de lluvia. Horas más tarde la suerte me volvía a sonreír cuando sentí las gotas caer desde el cielo. No habría sido una visita completa sin que me tocara ver llover. Desde Piccadilly Gardens puedes tomar el camión que te deja justo afuera del estadio, y en los días de partido mucha gente parte desde este sitio, por lo que se torna en un mar de camisetas azul celeste.


El autobús que pasa por el Etihad Stadium es el 213. Tomándolo en la plaza anterior te lleva alrededor de 10 a 15 minutos en llegar. Tienes que comprar el boleto directamente con el conductor; al subirte, éste te va a preguntar a dónde vas, y en función de ello te cobrará un importe. "I'm going to the Etihad Stadium", fue mi respuesta. Rafael (mi amigo) me dijo que la parada más cercana al estadio está pasando un local de BMW (¿o acaso era Mercedes-Benz?), así que en cuanto lo vi, supe que estaba próximo a bajarme. Dicho y hecho, me bajé siguiendo las indicaciones, y caminando unos cuantos pasos más, a un costado, ahí estaba. Imponente, majestuoso, inigualable: el glorioso Etihad Stadium.


Lo primero que hice fue quedarme parado, viéndolo. Me costó mucho trabajo creer que estaba ahí, frente a él. Y es que, era mi primera vez. Lo imaginé por mucho tiempo, y pensé en pellizcarme para comprobar que no era un sueño. No lo era. Mi segundo movimiento fue ver unos letreros guía que estaban por ahí cerca, indicando el camino hacia diversos puntos de la zona. Tenía que ir a comprar el boleto para el 'Stadium and Club Tour', por lo que me dirigí hacia la CityStore. Conforme caminaba iba viendo más y más partes del exterior, al mismo tiempo que me percataba de los múltiples trabajos y obras que se están realizando con motivo de la expansión y ampliación de las tribunas. Había máquinas y hombres por doquier. Por supuesto que todo esto no me importó ni le restó encanto a la visita.


La tienda del club es un mundo, es como nuestra juguetería o nuestra dulcería. Entras y quieres llevarte todo. No sabes ni por dónde empezar a ver. Tiene dos plantas, y en la parte alta es en donde venden los tickets para el tour del estadio. Arriba también tienen las máquinas en donde imprimen los dorsales en las playeras para la que gente que va y lo requiere. Compré mi boleto (me costó 15 libras) y la señorita que me lo vendió me dijo que esperara en esa misma área, puesto que en cuestión de minutos llegaría el guía para recogernos y empezar la visita. Las hay de lunes a domingo y en distintos horarios, yo tomé el de la 1:30 p.m.; cada tour dura alrededor de 90 minutos.


En cuestión de minutos llegó el guía. Un miembro del staff, ya mayor, de unos 60 años. Carismático y mancuniano de pies a cabeza. Afortunadamente nada más éramos 6, por lo que la visita se llevó a cabo de mejor manera y fue muy amena. Mi padre, quien me acompañó, y a quien día con día contagio de mi fiebre Citizen, una pareja de fans eslovacos, una madre con su hijo (ambos de Irlanda del Norte) y su servidor.

Salimos de la CityStore y pasamos por la City Square, un lugar en el que se ameniza a los fans antes de cada partido, generalmente con atracciones como juegos deportivos, comediantes, actos musicales, etc. | Algunas veces, cuando va a haber un compromiso importante, las pantallas de ahí lo transmiten y sirven para que las personas que no tienen boletos puedan reunirse a verlo a las afueras del estadio. Posteriormente ingresamos al inmueble por la Colin Bell Stand, la más emblemática del Etihad Stadium. Al entrar me sentí como si fuera un jugador del equipo. La recepción/lobby del lugar que tantas veces había visto en vídeos estaba justo a mi alrededor. En este punto el guía nos explicó un poco acerca de la visita, de lo que veríamos, la duración, etc., etc.; más adelante, en cada parte del tour haría una intervención para adentrarnos e informarnos sobre lo que estaba frente a nuestros ojos. Todo esto con un espacio reservado para sacar todas las fotografías que quisiéramos.



Subiendo las escaleras que están a un costado de la recepción llegamos hasta The Chairman's Club, un lugar en donde puedes ver un partido del equipo por la módica cantidad de 780 libras. Barato, ¿no es así? Pero, ¿por qué cuesta eso? Esta sala se encuentra equipada con los mejores lujos posibles. Desde el mobiliario hasta la cena y los servicios (meseros personales, entre otras cosas). La gente que paga por estar aquí recibe todas las bebidas que desee, comida de cinco tiempos, etc., etc. | Reservando tu lugar podrás ver toda la acción del encuentro sentado en uno de los mejores asientos del estadio. Lo más sorprendente de todo es que el lugar también cuenta con pantallas (televisores) en donde se muestra el juego, ¡y hay personas que prefieren verlo por ahí en lugar de hacerlo en vivo y en directo! Increíble.




A nuestra salida nos pasó algo bastante curioso. El tour normalmente sigue ciertos caminos ya establecidos, pero debido a que en muchas partes del lugar están haciendo trabajos de construcción y/o mantenimiento, no pudimos acceder por una puerta que normalmente da paso a lo que sigue. Por lo tanto, nos vimos forzados a continuar entrando por una de las 'boxes' o palcos privados con los que cuenta el Etihad Stadium. Tuvimos la fortuna de hacerlo, ya que generalmente esta parte no está abierta al público en general. Ya que estuvimos ahí, el guía aprovechó el privilegio y nos explicó un poco acerca del lugar. El estadio cuenta con varios palcos disponibles para quien quiera (y pueda) comprarlos. Cada palco se puede comprar por un año (una temporada), y desde él podrás asistir a ver cada uno de los enfrentamientos de local del Manchester City. Por supuesto que con muchos beneficios incluidos. Al comprarlo, el palco es tuyo por un año. Te pertenece, y puedes invitar a las personas que quieras, e incluso prestarlo. Son bastante grandes, pero no superan al Chairman's Club (ni en tamaño ni en lujos). En su paso por la institución, Carlos Tévez tenía uno, y desde allí su familia y amigos lo veían jugar. Además, él mismo a veces asistía los encuentros (cuando no tenía acción). No recuerdo el precio exacto, pero tengan por seguro que cuestan miles de libras.



Seguimos con el recorrido, y esta vez llegamos hasta la sala de prensa. En ella nuestro Director Técnico y/o jugadores habla/n previo a cada partido. Tuvimos la oportunidad de sentarnos en las sillas para los periodistas, así como también en los lugares que ocupan los jugadores y el mismo Manuel Pellegrini. Aquí nuevamente, por un momento, eché a volar mi mente y me imaginé siendo el entrenador del equipo. Algo para destacar es que antes de que el City entrara a la Champions League, la sala contaba con apenas dos hileras de sillas. Una vez que ingresamos por primera vez a la máxima competición europea a nivel de clubes, se tuvo que ampliar, y actualmente cuenta con más de 100 espacios disponibles para los diversos medios de comunicación que antes de cada duelo abarrotan el lugar y le lanzan todo tipo de preguntas al técnico en cuestión.




Posteriormente pasamos al vestidor que ocupa el equipo visitante. No había mucho que ver, y entramos casi casi por puro trámite. El lugar lucía vació, con sillas y mesas amontonadas. Sirvió para imaginarnos el ambiente que vive el cuadro rival después de que les ganamos. Y respecto a ello, el marco de la puerta está desgastado y repleto de golpes debido a que los jugadores, cuando pierden, en un arranque de furia llegan y pintan una marca con sus tachones.



Para llegar al siguiente apartado tuvimos que pasar por el túnel que da acceso a la cancha, pero las fotos tuvieron que esperar, puesto que, por ahora, sólo íbamos de paso, ya que nos dirigíamos al cuarto de calentamiento de nuestro equipo. No se necesita ser un genio para deducir lo que se hace adentro de estas paredes. En ellas, los jugadores del Manchester City calientan y hacen diversos ejercicios previos al arranque de cada enfrentamiento. El cuarto está equipado con bicicletas, pesas y demás artículos. Cabe destacar que, en el caso de las bicicletas, cada jugador tiene la suya, asignada previamente y optimizada de manera individual de acuerdo al rendimiento y aprovechamiento de cada uno. También hay una pequeña portería en la que pueden ir afinando su puntería. El lugar también cuenta con una televisión en donde el plantel puede ver las acciones de algún otro partido y un reloj con la hora exacta. Este último para que siempre exista una noción del tiempo y haya la máxima puntualidad posible.




La siguiente parada fue nada menos y nada más que el vestidor local. Contrario al visitante, este sí estaba intacto y aquí sí dedicamos un buen espacio para explorarlo y para estamparnos en una fotografía. Estaban colgadas las playeras de cada uno de los jugadores de la plantilla y tuvimos la oportunidad de sentarnos en los lugares asignados para cada miembro. Yo no dejé pasar el momento y me senté en el de casi todos.
Otro de los espacios que uno ve tantas veces en vídeo que resulta emocionante estar ahí, presente. Lo mejor de todo es recordar los momentos que se han vivido ahí dentro, como las obtenciones de los últimos dos títulos, los festejos...algo inigualable. Nuestro vestidor cuenta con un área de tratamiento, un lugar reservado para el entrenador, entre otras cosas. Una historia muy curiosa es la que les voy a contar a continuación: Como ya mencioné anteriormente, cada jugador tiene designado su propio lugar, y en este, tienen una pequeña caja fuerte en donde pueden guardar objetos personales tales como relojes, celulares, joyas y dinero en efectivo antes de saltar al terreno de juego. Actualmente ya cuentan con un sistema de seguridad a base de una combinación de dígitos, pero hace apenas unas temporadas atrás, cuando todavía estaba Mario Balotelli, las cajas eran espacios abiertos, sin ningún tipo de restricción o código de acceso. Balotelli, cuando era sustituido y regresaba al vestidor, abría las cajas de varios jugadores y les hacía bromas tales como revolver sus cosas, cambiarlas de lugar o esconderlas. Además, sacaba los celulares y mandaba mensajes o hacía llamadas a números al azar. Debido a esto fue que se decidió implementar un sistema de seguridad para cada uno de los compartimentos. Hoy en día únicamente cada jugador conoce su combinación y sólo ellos pueden abrir sus respectivos espacios.





Al finalizar el recorrido por aquí, esta vez sí era momento de pasar al túnel de acceso al campo. Adornado con una impecable alfombra y con la inscripción de 'Pride In Battle', fue mi momento cumbre de la visita. Lo mejor de todo fue cuando el guía nos explicó que, una vez que los jugadores están reunidos ahí, a punto de saltar a la cancha, se les pone una pista de audio que simula a una multitud de fans alentándolos y vitoreando su nombre. Yo me estremecí al oírla y se me puso la piel de gallina. Poco antes de adentrarnos al terreno de juego pudimos ver la zona en la que se les hace las entrevistas a los futbolistas después de cada duelo, y no es nada menos que a un costado del túnel, con un tapiz publicitario pegado a la pared y un micrófono. En la televisión se ve imponente, pero cuando estás ahí te das cuenta que lo que lo hace ver así no es más que una muy buena combinación de ángulos y efectos del camarógrafo.
Luego de esto, el momento había llegado. Era hora de salir por donde lo hacen nuestros héroes semanas tras semanas. Para mí se detuvo el tiempo conforme iba avanzando por ese túnel; vi la luz al final del mismo, pero no estaba perdido. Esa luz era una luz verde. Un verde que, al salir del otro lado, tomó forma en una cancha de fútbol. La cancha del Etihad Stadium. Naturalmente que no pudimos acceder más allá de las barreras que impiden el paso hacia el engramado. Habría dado lo que fuera por poner mis pies sobre él aunque fuera por sólo unos segundos, pero por ahora me bastó con tenerlo a escasos centímetros de mí. Recuerdos y más recuerdos invadieron mi cabeza. ¿Cuántas veces no lo he visto anteriormente? Todas a través de una pantalla. Pero ahora, era diferente. Lo podía oler, y si estiraba mis manos, sentía que lo podía tocar. Si de algo puedo estar seguro, es que yo era el más feliz de todos los presentes. Justo a un costado de nosotros se encontraba el banquillo local, ese que ocupa el cuerpo técnico y los suplentes. Las sillas estaban cubiertas con un forro protector, pero, siguiendo con la buena fortuna, el guía las destapó y nos permitió sentarnos en ellas. Contrario a muchos, yo estaría encantado de ocupar uno de esos lugares partido tras partido.








Llegamos a la parte final del recorrido, y ésta estaba destinada a una sala en donde el guía nos explicó los planes del club a futuro, entre los que se encuentran la City Football Academy (a abrirse en los próximos meses) y la ampliación de la capacidad del estadio. En la habitación contigua se encuentran todo tipo de reliquias, objetos de recuerdo y memorabilia, entre las que destacan playeras, artículos de la más reciente temporada y una estatua de Colin Bell, 'The King of the Kippax'. También hay un mural en el que se muestran los nombres de todos y cada uno de los entrenadores que ha tenido el Manchester City a lo largo de su historia. Una vez que nos saciamos de tomar fotos, dimos por finalizado el tour y regresamos al mismo lugar donde empezamos: el lobby de la Colin Bell Stand.







La visita superó mis expectativas y me fui del lugar con una sonrisa tan inmensa que hasta el momento todavía mantengo. Como dije, fue mi primera vez, y por ahora estoy satisfecho, pero estoy seguro que nada se compara a un día de juego en donde el estadio y los alrededores están repletos de aficionados que comparten el mismo amor que tú. Aún no tengo la dicha de ver en vivo al equipo, pero esa es mi siguiente meta, mi siguiente paso. Más allá de sorprenderme y alegrarme por la institución, las instalaciones y los proyectos a futuro, doy gracias a la vida y a todo lo divino por la enorme bendición con la que han cubierto a nuestro club, que, como bien sabemos, tuvo que vivir en la sombra y pasar por muchos infortunios durante la mayor parte de su historia. Ahora los papeles son diferentes, y disfruto el presente y anhelo el futuro, pero no me olvido del pasado.



Me siento muy orgulloso de irle y de apoyar al Manchester City Football Club, y lo haré por el resto de mis días...pase lo que pase.

I'm City 'til I die!
I'm City 'til I die!
I know I am,
I'm sure I am,
I'm City 'til I die!